Siempre fui una niña rebelde.
Tuve una abuela y una mamá que me educaron para eso.
Leo, escribo, sigo estudiando, sigo aprendiendo, y voy sorteando todos los obstáculos que la vida me presenta de la mejor forma que puedo.
Tengo mis ideas y las defiendo.
Pierdo gente en el camino, sí, pero soy auténtica.
Defiendo a capa y espada a todos los que amo.
Todas, todos, todes.
Hay mucho en mí que amo, pero también hay mucho que voy transformando en este andar. Alquimia le dicen.
Amo a las niñas rebeldes que se animan a decir en voz alta lo que otros silencian. Amo a aquellas que fueron rebeldes porque indefectiblemente son y serán mujeres audaces, imparables, transformadoras, conquistadoras, brujas.
Ser rebelde también duele, es parte de la elección sincera que uno hace de respetarse a sí misma por sobre cualquier mandato social.
Por eso amé “Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes” .
Porque recordé historias de mujeres que conocía y me inspiraban, pero sumé otras tantas que me educaron con su ejemplo.
Pero lo que hoy vengo a contarles es que basado en la serie de libros “Cuentos de Buenas Noches para Niñas Rebeldes”, para quienes no tienen el libro, pueden encontrar el podcast de esta maravilla.
Este podcast presenta historias reales de mujeres extraordinarias, narradas por algunas de las mujeres latinas más inspiradoras, como Gloria Estefan, Lorella Praelli, Karla Souza, Natalia Reyes, entre otras.
Cada episodio trae una nueva historia, sobre la valentía, la amistad, la superación y la importancia de perseguir los sueños. Puedes escuchar un nuevo episodio cada semana ingresando a ninasrebeldespodcast.com o buscando el podcast en tu aplicación favorita.
El 15 de septiembre, en honor al Mes de la Herencia Hispana, se lanzó el primer capítulo sobre la gran Celia Cruz, y es nada más y nada menos que la inmensa Gloria Stefan la que da voz al relato sobre la vida de esa cubana que allanó el camino de tantas otras estrellas que siguieron sus pasos.
Celia Cruz se animó a ser ella, en años en los que las mujeres no lo tenían permitido.
Recientemente, sumé a mi colección “100 mujeres migrantes que cambiaron el mundo”.
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