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Bienvenido otoño. Compartamos un ritual para abrazar los ciclos de la naturaleza y la vida

Este artículo lo publiqué en Independent en Español.

Todos los rituales y celebraciones son una forma de darnos el tiempo para conectar con la naturaleza, sentirla, escuchar lo que sucede dentro y fuera de nosotros. Es una forma de celebrar la vida y sus ciclos.

Este año, coincidió con un nuevo aniversario de la partida de este plano de mi madre. Ciclos. Hay que abrazar los ciclos, aunque cueste y fluir con ellos, aunque duelan.

En mi ejercicio diario de soltar-la. En mi trabajo diario de entender su ausencia agradezco y bendigo cada día, cada recuerdo.

Desde la cama antes de empezar mi mañana, sin contener las lágrimas porque creo que es importante dejarlas salir, pensé en una situación que compartimos y que, incluso en la distancia temporal que nos separa de ese día, cada vez que mentalmente vuelvo a él, sonrío.

Un momento de felicidad mutua compartida.

Ciclos.


Celebro la llegada del otoño. Las hojas que los árboles liberan para que se conviertan en alimento de la tierra.

Mi mamá vive en mí porque la celebro. Porque la relación sincera entre una madre y una hija no se puede comparar con nada.

Me hubiera gustado tener una hija mujer, para poder tener esa unión, esa conexión espiritual que yo tuve siempre con mi mamá.


¿Te gustan los rituales? A mí me encantan. Me conectan. Despiertan la bruja verde, buena y ecléctica que vive en mi interior. Prendí 2 velas juntas, una naranja y una roja.

Recé.

Medité.

Lloré y liberé la angustia, celebrando... doy gracias por lo que duele su ausencia. Significa que el tiempo que duró su presencia fue lo suficientemente fuerte e importante como para que yo la recuerde y comparta su recuerdo por toda la eternidad.


Bienvenido otoño. Gracias mamá.



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