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Mi reencuentro con Isabel Allende

En los últimos tiempos llegaron a mis manos dos libros de la chilena Isabel Allende.

Hace mucho que no la leía. Sin embargo, cada vez que la escucho nombrar no puedo dejar de recordar el primero (pero no único) de sus libros que leí cuando era aún adolescente “El plan infinito”. Me quedo corta si busco palabras para expresar cuánto amé ese libro y cómo aún después de muchos que han pasado por mis manos, lo sigo recordando con amor.

En fin, el tiempo pasó y yo fui pasando por otros autores, y como en todo en la vida algunos fueron excelentes, otros no tan buenos, otros malos que no pude siquiera llegar a terminar.

Pero volvamos a Isabel Allende.


Siglos sin leerla.


Un día recibí por correo el regalo de una amiga muy linda desde San Francisco, era “El juego de Ripper”. Lo leí en 2 días, o mejor dicho en el avión ida y vuelta de Miami – Los Ángeles – Miami. Horas…


Me atrapó al punto de sentir que se me cerraban los ojos y no poder parar de leerlo. Al extremo de estar viajando sola (sin mi bebé) después de mucho tiempo, tener horas libres para dormir y descansar, pero preferir leer y leer.

Me extrañó que la historia no era la típica de amor que hubiese esperado. Me sorprendió que era un policial con un amor fraternal e incondicional padre-abuelo-hija-nieta. Imperdible.


Sin esperarlo, dos meses después, volví a recibir otro libro de Isabel Allende que tampoco había leído, también me llegó de regalo por otra amiga.


“El cuaderno de Maya”, cada noche, ni bien mi peque se dormía y antes de la hora de comer, lo leía. Me llevó un poco más de tiempo, no porque no valiera el tiempo, sino porque no daba a basto. Sin embargo, es tan lindo cuando buscas esos momentos sagrados de comunión con un libro.

Leo porque leer me devuelve a la vida, pero leer algo que me atrapa y moviliza, es el doble de beneficioso para el cuerpo y alma.

Recomiendo “El cuaderno de Maya” porque atrapa, porque la historia es sana, pero dolorosa, real, terrible, tangible, serena y a la vez revolucionaria. La recomiendo porque por momentos las entrañas se estrujan, y en otros sentís la tranquilidad de unas letras simples, sencillas y cariñosas.

Lo que tiene Isabel Allende es una envidiable capacidad para contar cosas con claridad. Posee el envidiable talento de poner imágenes en cada una de sus palabras. Tiene la delicadeza de saber elegir casi como por arte de magia la combinación perfecta en cada párrafo.

Isabel Allende, transporta hacia ese lugar que solo las letras de historias bien contadas permiten visitar.

Se siente una espontaneidad y sencillez que cualquiera que lo lee entiende que no es ninguna casualidad que se haya convertido en una de las mejores escritoras de América Latina y me animo a decir de habla hispana.

Así que no simplemente quiero recomendar a esta autora que por tan nombrada a veces una la deja de lado y aprovechar para agradecerle la oportunidad de permitirnos leer sus historias.

Como verán mis amigas saben que los libros son mi debilidad.


Cuando alguien pasa 14 veces x la misma situación muy pocos entienden que el miedo, el dolor, la frustación, no se han ido perdiendo en el camino. La realidad es q no, pero pocos lo entienden...


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